marzo 27, 2008

Desde la gran ciudad


Disminuye el cansancio, se hace obvio el gasto, pero vale la pena mil veces. Extraño lo mío, a pesar de que lo extraño hace bastante tiempo, pero ahora lo extraño en carne y alma. Cada semana vienen los deseos de volver, como normalmente ocurre en los jóvenes que viven la misma historia de verse lejos de casa, pero a diferencia de ellos, esas ganas disminuyen al cruzar la puerta y entrar a ese mundo del que tanto quise salir, el hedor a cigarro y la desmesurada pasividad vienen a mi nuevamente para envolverme como “en los viejos tiempos”, pero no lo permito, lo que termina destruyendo mis sueños del fin de semana perfecto junto a la familia que no he visto físicamente hace mas de cinco días completos...Se extraña, pero no. Se sigue extrañando como hace 6 años...